Ariadna es un nombre propio femenino de origen griego en su variante en español. Proviene del griego antiguo Ἀριάδνη (Ariádnē), que significa "muy pura, muy santa". En la mitologia griega, Ariadna era hija de Minos y Pasífae, y ayudó a Teseo a derrotar al Minotauro dándole un ovillo de hilo y una espada mágica pensando que sería correspondida por su amor.
En la mitología griega existe más de una versión sobre el mito de “El hilo de Ariadna” pero desde que era pequeña la versión que ahora podréis leer es la que siempre me ha atraído más y también es la reconocida por muchos libros de enseñanza clásica.
El hilo de Ariadna
Ariadna era reconocida como hija de Minos y Pasífae, los reyes de Creta. A
cambio de la paz con este reino, los atenienses debían enviar siete hombres
jóvenes y siete doncellas, como tributo, cada año para alimentar al Minotauro,
un monstruo con cuerpo de toro y cabeza de humano.
Un día llegó a Cnosos Teseo, el joven héroe, el más
valiente de todos los guerreros que se encolerizó cuando recibió la noticia del
terrible tributo y más aun cuando supo que fue escogida la
hermana menor de su mejor amigo como una de las doncellas que iban a ser
sacrificadas. Sin lugar a dudas había llegado la hora de terminar con el cruel
ritual.
Partió decidido rumbo al palacio del rey Minos, donde fue
recibido por Ariadna, y de inmediato surgió una gran atracción entre ellos, que
permitió a la joven princesa comprender los airados reclamos de Teseo y le
manifestó que estaba segura que su padre lo dejaría encontrarse con el
Minotauro, pero aunque lo venciera no podría salir nunca del perfecto laberinto
donde se hallaba. Entonces Teseo solicitó la ayuda de Ariadna, que aceptó
ser cómplice en esta aventura contra su padre y por este motivo entregó al
joven héroe un ovillo con hilo de oro que debería ir desenrollando en su camino
rumbo al laberinto donde se enfrentaría con el monstruo y una espada mágica con
la que podría matar al Minotauro.

Los dos jóvenes realizaron toda la operación, el rey Minos aprobó el duelo de Teseo con el Minotauro, teniendo la certeza que en el muy improbable caso que Teseo derrotara al fantástico ser, no podría salir jamás del laberinto y nadie se enteraría del resultado de la pelea. Teseo, entró y luchó en un largo y sangriento combate con el Minotauro, hasta que su espada mágica pudo más que los afilados cuernos y mató al monstruoso toro, después pudo volver recorriendo el camino de salida siguiendo el hilo de oro que le había proporcionado Ariadna, pero todavía quedaba burlar a los soldados de Minos que rodeaban el laberinto de Cnosos.
Escondidos en un lugar secreto cerca a la salida lo
esperaban Ícaro y su padre Dédalo, con sus alas de cera desplegadas para
ayudarlo en la huida, de improviso llega a la escena Ariadna y reclama que la
lleven también a ella, por que pronto el rey Minos se enteraría de su traición
y sería castigada. Teseo accedió a la petición y los cuatro volaron hacia la
isla de Rodas pasando sobre los atónitos guardias que no pudieron
intervenir.
Después de todo lo sucedido, Ariadna había creído que el amor que sentía por el joven héroe era correspondido y se entregó a una intensa pasión en los brazos de Teseo, pero sólo un tiempo después, el joven héroe, le dijo que debía marcharse, porque tenía que proseguir con su peligrosa misión, todavía tenía que enfrentarse a Medea y sus dragones y evidentemente no estaba para cargar con una nueva responsabilidad tan grande como el matrimonio.
Las siguientes semanas Ariadna las pasó desconsolada y
decidida a dejarse morir de amor, nadie ni nada pudo convencerla, cada día era
mayor su debilidad. Cuando de repente comenzó a sonar una dulce y alegre
melodía que lo inundaba todo con una especie de frenesí, era Dionisio y su
comparsa, y apenas llegó se interesó de inmediato por la salud de Ariadna y le
dio de beber su más preciado vino, junto con largas dosis de comprensión,
escuchó y habló con respeto e inteligencia y en menos de lo que nadie hubiera
imaginado, Ariadna estaba completamente curada, tres meses más tarde Dionisio y
Ariadna se casaban en Cnosos, en una gran fiesta que fue comentada en todas las
islas por muchos años.
El mito de Ariadna es conocido por ser un clásico de la mitología griega pero las razones por las que mi madre escogió el nombre no tienen nada que ver con este. Mi madre, siendo muy joven, ayudó a mi abuela, a cuidar de dos niñas, la mayor de las cuales se llamaba Ariadna. Compaginaba sus estudios de enfermería con la dedicación a las dos pequeñas. Des del primer momento le gustó tanto el nombre que decidió que si alguna vez tenía alguna niña la llamaría así.
Personalmente es un nombre que siempre me ha gustado; me gustan los nombres no muy comunes, a pesar de que últimamente se escucha más que cuando era pequeña. Siempre lo he considerado un nombre bonito de escuchar y que, si no fuera el mío, pondría a mis hijas.